Era el ultimo domingo del mes y me tomé de la cabeza. Cada mes Luly traía dos amigas al departamento para tomar algo y enfiestarse toda la noche. Tomaban, bailaban, se burlaban de mí y ensuciaban como si no hubiera un mañana.

- Hola, pendejo. Ya llegamos.- entraron con cervezas en la mano todas contentas.

Paso a describir.

Luciana, es la mayor, tiene de 30 para arriba y está casada. Creo que es abogada proque siempre anda con trajes. Morocha, pelo rulado, un cuerpo normal, pero unos labios muy apetecibles...


Adriana, tiene la misma edad de Luly. Tiene el pelo corto y un cuerpo de gimnasio, trabaja en un no. Es la que parece más inocente, es linda con la belleza de que no la vez como una cualquiera sino como alguien para conocer. Aparte era la que mejor me trata.

- Y no sabes, el vago la tenía así.- Luly separó solo dos centímetros su dedo índice y pulgar.

- Nooo. Qué nene! ¿Y qué hiciste?- preguntó Luciana.

- Nada. Lo dejé con los pantalones abajo y me fui.

- Hola. Gerardo.- me saludó Adriana cuando fui por algo para tomar.

- Luly. No compraste jugo como te pedí.

- Oh, me olvidé. Jaja. Tomate una cerveza si tenes sed.- se levantó como pudo y la pusó en mi mano.

Bueno, justo que estaba amable no iba a desperdiciar oportunidad.

- ¡Rita! No le des alcohol.- se quejó Adriana.

- Pero si él quiere.

- Dale, Adri. No seas aguafiestas.- ayudó Luciana.- Bueno, no tomo.- dije poniendo la cerveza cerrada en la heladera y me fui a mi cuarto.

- Jeje Para mi que te quiere.-

- Ay, Luciana. Solo somos amigos.- se defendió Adriana.

- ¿Qué? ¿A vos te gusta?.- me preguntó Luly.- No te metas con mis amigas. Vos sos mio. Jaja

Me quedé dormido en poco tiempo, no podía estudiar con todas esas risas. Pero desperté cuando sentí algo en mis piernas, tantié para ver y siento el cabello de alguien. Un cabello corto.

- Adriana!

- Shh Calladito. Jiji. Si las chicas me escuchan me matan.- bajo un poco mi boxer y saco mi pene dormido.- Aquí está.

- ¿Qué haces?

- ¿Qué? No quieres.- dijo enojada, no la veía pero sentí el tono de su voz.- Seguro que quieres a tu "Luly".

- ¿Qué?- yo todavía estaba medio dormido y no entendía mucho.

- Luly. Rita. Lo que sea. Todos la quieren por sus pechos.- se estaba por levantar cuando la tire sobre mi cama y me acosté a su lado.

- Estás borracha. Duerme un poco.

- Noo, dejame.

Le tape la boca con mi mano, sentí mojada sus mejillas. Parecía que había llorado. La abracé.

- Perdón. No quería.

- Está...- no pude decir nada porque la puerta se abrió, y alguien encendíó la luz: Luly.

- ¡Adriana! ¿Qué haces con el pendejo?

- Luly, salí.- grité enojado.

- Ah. Te lo querías coger ¿no?- se sentó en la cama.- Él es mio.

- No, es mio.- dijo muy segura mi compañera.

- Esteee... chicas.

- Vos no te metas.- me gritaron las dos.

- ¿Qué pasa?- Luciana entró con un vaso en su mano.

- Luciana, decile que salga.- pidió Adriana, como si se peleara con una hermana y su amiga fuera la madre.

- Esto es mio.- sentí una mano en mi pija.

- Ya sé como solucionar esto.

Luciana


Rita


Adriana